...Pero las más de las veces callábamos. Nos bastaba mirarnos y sabernos. Nada importaban los silencios. El tedio de las primeras horas de la tarde. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida, eran sencillamente la felicidad...
"Señora de rojo sobre fondo gris". M. Delibes.
"Señora de rojo sobre fondo gris". M. Delibes.
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